el juego de los sentidos (I)
jueves, diciembre 14, 2006
Cuando empecé este blog me prometí no caer en sentimentalismos, sólo situaciones objetivas, hechos tangibles. Así que para describir lo que me pasa intentaré ser lo más gráfica posible, aunque para ello recurra a algo tan subjetivo como los sentidos.
Tacto, vista, oído, gusto, olfato...cada uno tenemos predilección por alguno, y no me refiero a eso de qué dedo de la mano te cortas que no te duela. Me refiero a que relacionamos gentes, sitios, experiencias con olores, música, tacto, recuerdo visual, un sabor salado...Yo tengo mi particular "visión" y teoría. Depende del momento y la situación y esta vez no coincide con mi acompañante. Me quedo con el olfato y el oído. Hoy el oído.
Mi amor por la música viene de muchos años, me crié entre pentagramas y metrónomos, así que es inevitable en mí asociar melodías a épocas y días. Se ve que el desarrolo de este sentido fue más allá y en las situaciones íntimas, vaya, en la cama, es lo que más me excita. No recurro a música moderna, resulta curioso como piezas casi desconocidas de grandes clásicos pueden llegar a ser tan eróticas. No debe ser de extrañar, todos sabemos como eran las cosas en el siglo XVIII y más aún en la corte francesa...no lo inventamos nosotros. No es usual obsequiar a la persona que va a compartir contigo una noche ( o momento) de sexo con una pieza clásica. A priori esbozan una sonrisa tipo "esta niña está fatal" pero...vosotros esperad, os aseguro éxito garantizado. Es bueno y es diferente.Marcar la diferencia es importante.
Dejando a un lado la música, he de reconocer que no solo ella me excita, me encanta que me susurren al oído, llegando así al límite de mi personalidad y pasando a ser alguien cuyo parecido con la realidad es mera coincidencia. Si la velada concurre demasiado silenciosa me encargo de hacerlo saber.
A él, sin embargo, le pone mirar
posted by La ex-pija @ 3:43 p. m.,
1 Comments:
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At 12/15/2006 9:28 a. m.,
said...
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Yo soy más de Soul, incluso de R&B, en esos momentos. De todas formas, no sé si te ocurre a ti lo mismo, pero asociar una música con una persona en particular enmarcada en un momento concreto puede hacer que al volver a escucharla te vuelvas a ruborizar, sonrías sin poder controlarlo, tengas que bajar la mirada avergonzado, meter las manos en los bolsillos para evitar ser descubierto ... pero también que un nudo ahogue tu garganta, que afloren lágrimas cuando no es el mejor momento y que pienses porqué no pudo ser cuando tú quisiste que fuera.
Un beso.